Cuando pensamos en robos durante las vacaciones, solemos preocuparnos por las maletas o los objetos de valor. Pero hay algo mucho más importante que muchas veces descuidamos: nuestros datos.
Hoy en día, un móvil o un portátil no son solo dispositivos: son el centro de nuestra vida digital. Por eso, cuando viajamos, la ciberseguridad debería ir siempre en la maleta. No hablamos solo de perder un dispositivo móvil caro, sino de perder el control de tu información: accesos a banca online, plataformas de compra, fotos privadas, documentos personales…
Para que eso no te amargue las vacaciones, te damos algunas claves muy sencillas:
Antes del viaje ten mucha precaución con reservas en webs fraudulentas, ofertas trampa en redes sociales o apps piratas. Las ofertas demasiado buenas para ser verdad suelen esconder estafas.
Contraseñas serias, no de risa
Olvídate de las claves de 8 caracteres. Se rompen en segundos. Lo mínimo hoy en día: 13 caracteres y doble verificación. La contraseña sola es papel mojado. Lo ideal es combinar:
– Algo que sabes (tu clave)
– Algo que tienes (un código que recibes en el móvil)
– Algo que eres (tu huella o cara)
Usar una red Wifi gratis puede salirte caro
En aeropuertos, hoteles o cafeterías es fácil encontrar redes abiertas… y aún más fácil caer en trampas. Los ciberdelincuentes crean puntos de acceso falsos que imitan a los oficiales. Si te conectas, todo lo que hagas (contraseñas, datos bancarios, información confidencial) puede ser interceptado.
Es mucho más seguro conectarte con tu móvil, activarlo como punto wifi, y con el portátil conectarte a través de la red segura de tu móvil. Pero si sí o sí tenemos que usar el wifi del hotel o estamos en un país donde no es posible navegar con el móvil, sería interesante utilizar una VPN (Red Privada Virtual), que cifra tu conexión y dificulta que alguien espíe lo que haces.
¿Y el dinero?
Si tienes la opción de pagar con tu móvil mediante NFC (que permite pagos inalámbricos a corta distancia), recuerda que hay sistemas capaces de conectarse con tu móvil por proximidad. Así que lo mejor es que cada vez que vayas a hacer un pago con tu móvil, activa el NFC, pagas, y lo vuelves a desactivar.
Por otro lado, si pagas con tarjeta, nunca se la des a un camarero o recepcionista y que se la lleven. ¡No la pierdas de vista nunca! Es buena opción usar tarjetas prepago ya que el daño será menor si te roban los datos. Si por ejemplo has metido 2000 euros en una tarjeta prepago, por mucho que se materialice la amenaza, el impacto va a estar limitado a esa cifra.
Y un consejo más: asegúrate también en el plano más práctico. Hoy existen seguros específicos para proteger tus dispositivos móviles ante robo, daños o incluso fraude digital. Si viajas con portátil, tablet y móvil (y los usas para todo, incluso para pagar), considera incluir esa protección.