Siempre se ha medido la habilidad de un conductor por cómo aparca. Para llegar al nivel más alto, el secreto perece en practicar con regularidad y nunca darse por vencido. Por suerte existen algunos trucos para mejorar el arte de estacionar, que desde M Automoción queremos desvelaros con el objetivo de ayudaros en el manejo diario de vuestro vehículo.
Controla tus nervios para estacionar
Son el peor enemigo a la hora de maniobrar. Y es que los nervios pueden jugar muy malas pasadas cuando se trata de aparcar. Respira hondo y asegúrate de que el hueco es suficientemente espacioso para que quepa tu coche. Si es así, puedes empezar la maniobra. Recuerda señalizar con antelación hacia donde vas a maniobrar y ten paciencia.
Cómo aparcar el línea
Para algunos conductores, sobre todo aquellos noveles, aparcar en línea es la peor opción de todas. No obstante, una vez tienes en cuenta estos 5 puntos, es más sencillo de lo que parece:
- Sitúate en paralelo al vehículo situado delante del espacio donde quieres aparcar, haciendo coincidir los retrovisores de ambos coches a una distancia de un metro.
- Da marcha atrás y cuando por la ventanilla trasera veas la esquina trasera del otro vehículo detente.
- Gira el volante al máximo y continúa marcha atrás. Cuando veas el faro delantero del coche de atrás por tu retrovisor, detente.
- Vuelve a girar el volante en el sentido contrario, da marcha atrás y deja que el coche entre poco a poco dentro del hueco.
- Finalmente, una vez dentro, solo tienes que dejarlo a la perfección con pequeñas maniobras delante y atrás.
Cómo aparcar en batería
A la hora de dejar un vehículo en batería es importante saber que es mucho más fácil y práctico hacerlo marcha atrás. Sigue estos consejos para no tener ningún problema:
- Encuentra un hueco adecuado y avanza tu coche un poco, alineando la parte trasera de tu coche con el segundo faro del coche que está aparcado a continuación del espacio libre.
- Da marcha atrás girando el volante en la dirección que quieras aparcar.
- Estate atento a los espejos retrovisores para verificar que vas en buena dirección.
¡La práctica hace al maestro! Prueba a coger tu vehículo y a estacionar en distintos lugares. Hacerse con el volumen del coche también es fundamental para que al final sepas aparcar sin mayores problemas.