François de La Rochefoucauld decía que hay tres tipos de ignorancia: no saber lo que se debe, saber mal lo que se sabe y saber lo que no se debería. Esta reflexión del siglo XVII es más actual que nunca, especialmente cuando hablamos de seguros.

Los tres tipos de ignorancia que pueden arruinarte

François de La Rochefoucauld decía que hay tres tipos de ignorancia: no saber lo que se debe, saber mal lo que se sabe y saber lo que no se debería. Esta reflexión del siglo XVII es más actual que nunca, especialmente cuando hablamos de seguros.

Vivimos en la era del «contratar con un clic», donde las líneas directas y las compañías low-cost nos prometen el mejor precio. Un solo click y ¡listo! Ya estás “aparentemente” asegurado. Pero un contrato de seguro no es como suscribirte a una plataforma de streaming o pedir comida a domicilio. Es un documento legal que puede proteger o poner en riesgo todo tu patrimonio. Porque ¿realmente entiendes las cláusulas que has comprado barato? ¿Sabes qué exclusiones tiene? Y cuando no estés de acuerdo con la aseguradora en la indemnización, ¿quién te defiende? ¿Sabes cómo hacerlo?

Un seguro mal contratado es como un paracaídas defectuoso: descubres que no funciona justo cuando más lo necesitas.

Por eso, contar con un corredor de seguros es tu mayor garantía en coberturas y precio. Somos los profesionales que convertimos la ignorancia en conocimiento asegurador, las dudas en certezas y los riesgos en protección, además de defender tu siniestro e indemnización por ti para que no pierdas lo que te corresponde. Porque en seguros, como en la vida, saber y asegurar bien es prevenir mejor y siempre al mejor precio.

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