Vuelves a casa después del trabajo y al llegar al portal, hay revuelo entre los vecinos: ha habido un accidente. Un trozo de la fachada se ha desprendido y ha herido gravemente a una persona que pasaba por la calle. Malas noticias. Y entonces llega la pregunta del millón: “¿tenemos seguro?”
Esto no es ficción, ocurrió en Vilagarcía de Arousa. Un hombre sufrió un traumatismo craneoencefálico grave al caerle un trozo de fachada de un edificio. La indemnización ascendió a 218.000 €, más los costes médicos reclamados por el Servicio Gallego de Salud y el 061. En total, más de 260.000 €, que pagó íntegramente la aseguradora de la comunidad de vecinos.
¿Qué habría pasado si esa comunidad de vecinos no hubiese tenido un seguro correctamente hecho? Te lo cuento sin paños calientes: los vecinos habrían tenido que pagar esa cantidad de su propio bolsillo. Divide esos 260.000 € por una media de 10 vecinos y haz cálculos…
¿Sabes si el seguro de tu edificio está al día y bien configurado? ¿Cubriría algo así? El seguro de comunidades es uno de esos productos que, mientras todo va bien, casi nadie mira. Es más, las estadísticas indican que el 60% de los vecinos de una comunidad desconoce si su edificio está asegurado y qué coberturas incluye. Pero cuando ocurre un siniestro, es la diferencia entre una solución rápida o un problema enorme para todos los propietarios.
